jueves, 21 de noviembre de 2013

Frank Gehry en las ciudades gemelas


“Hay algunos artistas que se sienten ofendidos cuando usas la palabra ‘arte’ para un edifico que tiene escusados adentro.” 
Frank Gehry
 



Cuando escucho hablar del río Mississippi me captan la mente imágenes de enormes botes de vapor color blanco con decoraciones rojas, en el sur de los EUA, abordados por elegantes señoras al estilo Scarlett O’Hara (“Lo que el viento se llevó”), con un Martini en la mano y el melancólico fondo sonoro del blues. Hay mucho más que eso… 





Asuntos de trabajo me llevaron al extremo norte del río Mississipi, en el estado de Minnesota (colindante con Canadá); en específico, a las ciudades gemelas (The Twin Cities): Minneapolis y Saint Paul, cuya división geográfica está determinada, precisamente, por este río.

 




En esta época del año, los alrededores del Mississippi comienzan a vivir la espectacular metamorfosis de los colores de las hojas del otoño; algunas hojas verdes permanecen, pero los colores amarillos, ocres y rojos predominan. Este hermoso espectáculo, aunado a la aparición de enormes calabazas anaranjadas regadas por diversos puntos del terruño, nos precipitan hacia las tradiciones de los pioneros y su día de gracias, así como a las historias de fantasmas, brujas y el “treat or trick” del Halloween.     





Cuando uno llega a una ciudad desconocida, sin tener idea de lo que más vale la pena visitar, a lo que uno se atiene en un primer momento son a los folletitos que se encuentran en las entradas de los hoteles. Es por eso que, antes que nada, “abordo” la ciudad sin dirección específica, recorriendo en automóvil las avenidas principales del centro histórico para ver si existen puntos de interés que no son mencionados en aquellas pseudo-guías turísticas.





La primera vez que fui a Minneapolis, hace ya muchos años, descubrí, por afortunada casualidad, el campus de la Universidad de Minnesota, una de las universidades más importantes y grandes de los Estados Unidos, que se localiza distribuida entre ambas ciudades; en específico, en los bordes del rió Mississippi.






Dentro de este campus me encontré con una sorpresa todavía mayor: una estructura que a todas luces tiene semejanzas con el museo Guggenheim de Bilbao y el DisneyConcert Hall en Los Ángeles. Así es, en esta universidad se encuentra el Weisman Art Museum, proyecto del gran arquitecto canadiense Frank Gehry.





Esta vez, cuando supe que iría nuevamente a Minneapolis recordé este museo y quise volver con calma para visitarlo detenidamente Su exterior de titanio me atrajo desde la primera vez que lo vi, es el precursor del Museo Guggenheim de Bilbao. 





Ganador del prestigioso premio Pritzker, Frank Gehry sobresale como uno de los arquitectos más influyentes de la actualidad. El Weisman Art Museum se abrió en 1993, antes del mencionado Museo Guggenheim de Bilbao (1997), de la Caza Danzante en Praga (1996) y el Walt Disney Concert Hall (2003). Las formas caprichosas que caracterizan su arquitectura, en combinación con el material de acero que cubre sus exteriores, se erigen en los paisajes urbanos como íconos de los tiempos contemporáneos, como monumentales y hermosas esculturas que, además, son foros de cultura, conocimiento y arte. Por algo, el mismo Gehry afirma: “Desde el principio de mi vida adulta, siempre me he sentido más relacionado a los artistas que a los arquitectos.” Las plazas y parques que rodean estas obras se han convertido, en muchas ocasionas, en “ágoras” de la modernidad.




El Weisman Art Museum, en la ciudad de Minneapolis, tiene una fachada de tabique tradicional que tiene vista a la Universidad de Minnesota —fusionándose con el material exterior de la Universidad—, y otra fachada de titanio y volúmenes asimétricos que mira hacia el río Mississippi, como estableciendo un puente arquitectónico entre la tradición académica y el poder y las cualidades orgánicas de la naturaleza.   






El interior del museo es relativamente pequeño. Su colección permanente cuenta con algunas obras de gran valía, como por ejemplo un enorme cuadro del artista del arte pop, Roy Lichtenstein. La característica de esta corriente artística está basada en tomar imágenes comunes de la vida diaria y transformarlas en objetos de arte; tal como convertir una tira cómica o, en el caso de Andy Warhol, un anuncio de sopa en un enorme cuadro pictórico. Las exposiciones temporales en el Weisman Art Museum son siempre de temáticas contemporánea. 






En el 2009 se comenzó la obra de ampliación igualmente a cargo de Gehry y fue inaugurada el 2 de Octubre de 2011. Se agregaron cinco nuevas salas que permitieron al museo exhibir más obras de su colección permanente, Existe una sala dedicada a colaboraciones experimentales entre artistas, estudiantes universitarios y la comunidad.





Majestuoso por dentro, progresista por fuera: el edificio en sí es un a obra de arte. Recorrerlo lleva poco tiempo, vale la pena salir a las terrazas y ver las vistas, igualmente es atractivo desde el otro lado del rio. Tiene una tienda pequeña que ofrece gran variedad de cosas interesantes para comprar.






Evidentemente, todo este deleite natural y arquitectónico no hubiera estado completo sin una experiencia musical de gran calidad. La “Saint Paul Chamber Orchestra” es una de las pocas orquestas de cámara en todo Estados Unidos que tiene una actividad concertista permanente de nivel internacional; además de esta orquesta sólo recuerdo a la Orpheus Chamber Orchestra.





Fui a un concierto estupendo, el programa constó de obras de Stravinsky, Charles Ives y la 5ª Sinfonía de Schubert. Pero, para mí, el plato fuerte fue el concierto para piano número 23 de Mozart, dirigido e interpretado por Richard Zacharias, uno de los directores titulares de la orquesta. El gesto corporal del director, discreto pero muy expresivo y claro, lograba en la orquesta una interpretación de un Mozart en verdad clásico en toda la extensión de la palabra: la forma, la expresión, el sonido, el color…





Por cierto, en esos días, se llevó a cabo el tradicional Maratón de las Twin Cities; más de 15,000 personas corriendo en un estimulante ambiente otoñal. Ciertamente, es un deporte ajeno a mis prácticas cotidianas, pero ánimos no me faltaron para apoyar a uno que otro connacional que veía pasar. El esfuerzo de los participantes, su sudor y determinación son en verdad contagiosas; algunos de complexión olímpica, muchos de la tercera edad, familias, amigos; una entusiasta fiesta del deporte, el esfuerzo físico y la voluntad.




Bosques coloridos, formas caprichosas de un genio arquitecto, miles de personas corriendo por innumerables sueños, la música de Mozart… historias de vida que son acompañadas por ese imponente monstruo acuático que recorre un país de norte a sur: el río Mississippi; vale la pena dejarse llevar por su corriente.




¡Hasta la próxima!







viernes, 8 de noviembre de 2013

El “alebrije” de MARIANGEL COGHLAN


alebrije. m. 1. Monstruo nacido en México. 2. Se alimenta de sacos, abrigos y suéteres de las visitas. 3. La abundancia de su alimento es proporcional al cariño, la amistad y el amor compartidos con los seres queridos.


Siempre es emocionante plantearnos un nuevo reto, una idea diferente, un sueño distinto. Diseñar porque sí es algo que no ocurre fácilmente, necesitamos un pretexto, una motivación y un objetivo concreto. Cuando escuché del Abierto Mexicano de Diseño y que en la primera edición el tema serían “los oficios”, inmediatamente pensé en crear algo especialmente para esta ocasión.


Realizar algo original, con calidad y que represente lo que hacemos como firma de interiorismo, fue la premisa inicial. Después de mucho analizar y reflexionar junto con todo mi equipo creativo, llegamos a la conclusión de que deberíamos realizar una pieza que actuara como firma en los espacios que intervenimos, que fuera un objeto con una utilidad práctica y que, a la vez, funcionara como una obra escultórica que por sí misma tuviera un valor estético. De esta manera nació la idea de crear un perchero al cual denominamos “alebrije”.



¿Porqué reinventar un perchero y presentarlo bajo la perspectiva de un alebrije? Parte de la inspiración para realizar esta pieza proviene de mi concepto del estilo FUSION+MÉXICO: el resultado de la reflexión sobre la interdependencia internacional de tendencias del diseño de interiores a la luz de las maravillosas formas, colores y recursos naturales que, muy particularmente, ofrece México.


Conocer la historia y peculiaridades de los alebrijes me permitió utilizar los recursos plásticos de estos peculiares personajes para crear una pieza original y colorida que representa nuestro estilo como firma de interiorismo.




El proceso creativo fue muy interesante y enriquecedor. Iniciamos un día temprano, en una de nuestras habituales reuniones de trabajo semanales donde discutimos distintos temas de diseño, nuevos proyectos y propuestas. Fue ahí donde comenzamos a bosquejar ideas y acabamos haciendo maquetas de cómo visualizábamos nuestra pieza. Siempre me esfuerzo por ser puntual en los tiempos y muy exacta para cumplir con la agenda de los temas del día; en esa ocasión nos entusiasmamos tanto realizando el alebrije que el tiempo se nos fue y nos extendimos mucho más de la cuenta, por lo que tuve prácticamente que correrlos de mi oficina para que regresáramos al trabajo habitual y yo pudiera atender una cita que ya tenía programada; de no ser así nos hubiéramos seguido.



Ese fue uno de los momentos en los que es difícil dejar de trabajar puesto que se está disfrutando, porque estamos a punto de realizar algo que nos parece genial; es la mejor parte de amar nuestra profesión: gozar con la creación de algo nuevo.



Sin embargo, no todos los procesos son miel sobre hojuelas, pues existe una parte compleja que es necesaria para convertir un diseño en realidad, me refiero a los costos de producción; un eslabón que se tiene que analizar y pensar muy bien para que todo el diseño funcione y sea asequible. Nos dimos a la tarea de estudiar varias posibilidades de fabricación con distintos materiales, hicimos un modelado en 3d, analizamos varias cotizaciones, fabricamos un primer prototipo, corregimos la forma de ensamble y las dimensiones, realizamos un segundo prototipo y nos enamoramos del resultado.


Inicialmente consideré realizar las piezas en doce colores, los mismos que los de nuestro pocket “12 matices”, pero después de hacer pruebas de la aplicación del color y seleccionar los tonos, concluimos fabricar sólo siete colores en nuestra primera edición.



La idea es que de las tres piezas (patas) que conforman el perchero, una esté decorada a mano con los mismos colores y los dibujos tradicionales de un alebrije.  Estudié los diseños de los alebrijes, las aplicaciones de color, seleccioné los que más me atraían y encargué que me pintaran los primeros prototipos. Desde el inicio pensé que era algo que quería hacer personalmente, pero debido a la gran carga de trabajo, la presentación y transformación de nuestro showroom, la participación en design house, atender a mis clientes, supervisar la producción periódica de nuestras colecciones de mobiliario, escribir periódicamente para compartirles mis aventuras, ser mamá de cuatro pequeños, esposa y ama de casa, mi tiempo es muy valioso y con todo el susto del mundo decidí delegarlo.




Cuando fui a revisar los avances la primera vez, he de confesarles que casi me da un ataque; no pude dormir, pues lo que llevaban trabajado estaba muy bien ejecutado, perfectamente realizado, sin embargo, no era lo que yo quería ni lo que tenía en mente. Una vez más el tiempo jugaba en mi contra pues se acercaba la fecha de la presentación y mi idea de tener siete alebrijes perfectamente terminados se empezaba a ver confusa. Por si no fuera suficiente, también estaba teniendo problemas con la pintura por el mal tiempo; la humedad es algo que no favorece en el proceso de pintura. 



Después de hablar con algunos integrantes de mi equipo concluí que tendríamos que deshacer lo realizado y volver a empezar, así que decidí hacerlo personalmente. El domingo, dos días antes de la presentación, me fui con mis hijas a comprar todo lo necesario para intervenir mis alebrijes. Fue un trabajo complejo y muy laborioso… después de muchas horas de trabajo en mi casa pude terminar, muy noche, dos versiones. 



A todas estas cuestiones le tenemos que sumar que mi bebé se enfermó y tuve que llevarlo al doctor y dedicarle más atención; mientras pintaba el alebrije lo tenía cargado y en más de una ocasión metió sus manitas a la pintura y me hizo un “batidillo”. Afortunadamente, mi esposo se llevó a los otros tres al cine mientras yo intentaba terminar las piezas.


El resultado de un esfuerzo arduo, realizado en equipo y que ofrece una propuesta innovadora no puede ser menos que satisfactoria; siempre mantuvimos la determinación de ofrecer una pieza que representara, en un solo espacio, la calidad, profesionalismo y amor que en nuestra firma tenemos por nuestro trabajo. Los obstáculos con los que nos enfrentamos en este camino son matices que, como los colores de un alebrije, nos alegran y dan significado a la vida. 



¡Hasta la próxima!







viernes, 1 de noviembre de 2013

Reinventando Espacios


¿Por qué reinventar? En la época que vivimos tenemos que ser capaces de replantear nuestras ideas y de realizar los cambios necesarios para mejorar nuestro entorno. Reinventar es la opción para intervenir un lugar ordinario y transformarlo en un espacio extraordinario; eso es precisamente a lo que me dedico.

 

Soy consciente de la necesidad de habitar espacios agradables, reconfortantes y bellos; en mi equipo de trabajo dedicamos muchas horas a desarrollar nuevas ideas para transformar espacios dando respuesta a estas expectativas. 

Hace un año tuve la idea de cambiar los mil ochocientos metros de exhibición de mi Showroom en Av. Revolución en San Ángel, con una propuesta audaz y nueva, utilizando nuevos acabados, colores, materiales, y con nuestras colecciones de mobiliario en ambientes diseñados integralmente. Iniciamos pláticas con Comex para usar sus gamas de colores y nos propusieron utilizar sus productos Effex; tengo que reconocer que sabía muy poco sobre esta línea de recubrimientos, sin embargo, la idea desde luego me pareció atractiva y concretamos utilizarlos en nuestra nueva propuesta.





Después de varios planteamientos y proyectos, especificamos iniciar los trabajos el verano pasado. La idea fue madurando con el tiempo y a medida que avanzábamos en la aplicación de los efectos los fuimos conociendo, entendiendo, descubriendo y, porque no decirlo, amando. Nos hemos apasionado con estos productos y hemos descubierto sus cualidades. Además, nos han inspirado para reinventar nuestros espacios; proceso que hemos disfrutado mucho. 


Me encantaría decirles que el transcurso fue sencillo, sin embargo, mentiría descaradamente. Fue complicado someter todos los espacios a una transformación mientras que teníamos que seguir trabajando en ellos: “pon el andamio, quita la mesa, cambia las sillas, y haz la presentación de su casa al cliente que llega a las 4:00…”

Quiero reconocer a Francel Zárate, gerente de marca Effex, quien nos dio la oportunidad de experimentar con sus productos, nos tuvo mucha paciencia al cambiar en varias ocasiones las elecciones durante el proceso, nos enseñó las bondades de los efectos y nos permitió probar nuevos colores con las texturas; considero que ha sido un recorrido muy interesante, ilustrativo y enriquecedor para todos en nuestro equipo.

Igualmente me siento muy agradecida con Tania Zedillo de ProService quien, junto con todo su maravilloso equipo de trabajo, realizaron las aplicaciones de todos los efectos.



Durante el proceso decidimos cambiar no solamente algunos muros; nos fuimos entusiasmando cada vez más y decidimos transformarlo todo. Comenzamos con un efecto, seguimos con el color, después remplazamos plafones y por supuesto que luego suplimos la iluminación. El resultado: un espacio reinventado donde el mobiliario luce mucho más y los visitantes sienten sus sentidos estimulados.


El pasado martes 29 de octubre, a las 8:00 pm, con mucho orgullo presentamos a un nutrido grupo de visitantes nuestra propuesta en color y Effex de Comex. Fue un evento muy emocionante y entrañable.


Para tener todo listo, les comparto que fue una verdadera proeza. Una semana antes aún faltaba muchísimo y, aunque teníamos un regimiento de personas trabajando, llegó un momento en que sufrí por los tiempos. De hecho, las últimas piezas de mobiliario llegaron unos minutos antes de que empezara la presentación.


Estoy convencida de que si no pones una fecha limite para lograr un objetivo, pasa el tiempo y no lo alcanzas; te tienes que esforzar para llegar. A veces la presión es fuerte, sin embargo, el resultado siempre vale la pena a pesar de los desvelos, de trabajar en fin de semana, de dejar otras cosas sin hacer por conseguir nuestras metas. Se tienen que hacer sacrificios para lograrlo; hacerlo supone una gran recompensa.


En esta presentación me sentí muy orgullosa no sólo de los espacios embellecidos, sino de todo mi equipo de trabajo, de su compromiso y solidaridad con el proyecto, de su apoyo incondicional. Al ver el resultado de nuestro esfuerzo conjunto, el sentimiento de satisfacción es enorme. Escuchar los comentarios positivos de la gente por nuestros espacios bien diseñados es nuestra mejor paga.



En la terraza de nuestra firma colocamos más de seiscientas bombillas para iluminar agradablemente el espacio, pusimos más de diez mil flores, instalamos sillones, mesas y sillas, situamos dos cajoneras con miles de dulces,  dos barras de bar, un equipo de sonido, dispusimos música en vivo y montamos una cocina para preparar las delicias que ofrecimos a nuestros invitados.

Lo más emocionante de la noche fue, después de hablar en público y oír a  José Antonio Nieto —Grouper Recubrimientos Decorativos de Comex— y a Francel, escuchar las palabras que mi esposo pronunció; les puedo decir que me costó trabajo no soltar las lagrimas de emoción, pues lo que dijo me cautivó y conmovió en lo más profundo de mi ser. Él es mi inspiración y mi ejemplo a seguir, ama su trabajo, cuida siempre todos los detalles y es un gran ser humano en todos los aspectos, de él he aprendido muchísimo y le debo todo.
Después de las palabras, invitamos a Greta Arcila —consejera del Abierto Mexicano de Diseño— a que nos acompañara, junto con José Antonio y Francel, un concesionario de Comex, mi esposo, mis dos hijas mayores y yo, a cortar el listón. Entonces invitamos a todos nuestros visitantes y amigos a recorrer nuestros espacios recién reinventados.

Una experiencia sumamente gratificante. Ver cada espacio bien diseñado, terminado y presentado magistralmente para mostrar los distintos efectos de Comex, hacer el recorrido con múltiples personas y escuchar sus comentarios fue muy gratificante. El encuentro entre clientes, amigos y familiares en espacios bellamente diseñados, con buena comida y bebida, y música en vivo, fue un verdadero deleite. 


En resumen, estoy muy orgullosa del resultado, de la alianza con Cómex, de hacer equipo para generar nuevas ideas, de cada una de las personas que trabajan en mi firma, de nuestra capacidad para reinventarnos y, en definitiva, por trabajar haciendo la vida más placentera a los demás.








¡Hasta la próxima!